viernes, 20 de marzo de 2015

UNA ESPECIE DE "CORRAL" PARA RETENER LOS DÓLARES



UNA ESPECIE DE "CORRAL" PARA RETENER LOS DÓLARES


Últimamente las autoridades del gobierno han establecido que el problema económico actual y la sostenibilidad futura de la dolarización, dependen del flujo de divisas. En palabras del Ministro Patricio Rivera: “La magia para sostener un esquema dolarizado es que a una economía como la ecuatoriana entren más dólares que los que salen.”[1]

Ante esta forma de ver la realidad, que a nuestro criterio no necesariamente es comprehensiva ni acertada, ¿qué política plantean las autoridades? Hasta el momento solamente se ha tomado una medida de política y se ha anunciado otra:

  • ­   Se impuso sobre tasas arancelarias a la importación de 2.800 artículos, las que van desde el 5% hasta el 45%

  • ­   Se anunció la limitación al porcentaje en el que las compañías de seguros del país pueden compartir riesgos con las reaseguradoras del exterior (esta compartición será de un máximo del 5% según declaraciones del mencionado ministro en la Asamblea Nacional)

Éstas complementan una disposición adoptada tiempo atrás, que obliga a que muchas de las transacciones económicas internacionales se canalicen a través del Banco Central del Ecuador, contrariamente a lo que regía hasta ese momento y desde que se instauró el esquema de dolarización en el país.

Para ilustrar el alcance de estas medidas podemos asimilarlas con la construcción de una especie de “corral monetario” que buscaría evitar la salida de dólares; de este corral se habría cerrado nada más la primera o las dos primeras filas de alambre de púas, pero todavía hay muchas puertas que se encuentran abiertas o medio abiertas; por ejemplo, las transferencias de recursos al exterior que se efectúan a través de la banca (ahora afectadas por un impuesto de “apenas” el 5%), el efectivo que llevan los turistas cuando salen del país, el contrabando, etc.

Lógicamente podría preverse que más pronto que tarde se pongan nuevas “filas de alambre de púas”, por ejemplo con la eventual elevación del ISD, limitaciones a la repatriación de utilidades al exterior, limitaciones a la cantidad de dinero en efectivo que podrían llevar los turistas, etc.

En la práctica las medidas tomadas y las que podrían tomarse a futuro en el mismo sentido, tienen nada más efectos parciales sobre las salidas de divisas (las fugas son inevitables), pero en cambio los efectos son muy fuertes para ahuyentar la potencial entrada de divisas. ¿Quién estaría dispuesto a meterse voluntariamente a un “corral” del que no podrá salir?

En la medida de lo mencionado, la falta de ingreso de dólares combinada con la lenta salida de las divisas que al momento están en la economía, lógicamente ocasiona que en valores agregados la economía disminuya gradualmente sus disponibilidades de dólares, lo que es tanto más grave en un entorno en que los precios de los bienes y servicios se elevan, entre otras causas por las sobre tasas arancelarias. Es una mezcla muy fea en la que hay alta probabilidad de que coexistan inflación y reducción de la actividad económica.